Ser
deportista profesional tiene basamentos similares a cualquier otra carrera. Por
supuesto que la fama y el dinero son 2 elementos que se nos vienen a la mente
al hablar de futbolistas, peloteros o pilotos de Fórmula 1. Pero la preparación
psicológica y mental, la adaptación a los cambios, la inteligencia, y la
constancia en el rendimiento, son factores que determinan el éxito o el fracaso.
Obviamente,
llegar al máximo nivel de competencia es difícil. Requiere de mucho tiempo y
esfuerzo invertido, interminables sesiones de entrenamiento, modificar hábitos
alimenticios, sociales, y de vida en general, incluso la forma de ver la vida
se ve altamente influenciada por la práctica deportiva. Lo que para muchos es
un hobbie, para los atletas de alta competencia es una labor de vida. Un
trabajo con altas y estrictas
exigencias.
Una
vez alcanzada la meta de competir en el mayor nivel, mantenerse en el mismo es
aún mas exigente. Se debe lidiar con la inestabilidad del mercado laboral,
donde son pocos los que logran mantenerse en un mismo equipo durante toda su
carrera, además de toda la presión ejercida por los medios, aficionados,
directivos, técnicos y colegas, que siempre exigirán lo mejor del atleta y mas.
La fama trae consigo una alta responsabilidad para manejar temas como la vida
privada. La sobreexposición mediática suele hartar a algunos que terminan
demostrando comportamientos lamentables ante el acoso. Otros simplemente
quieren pasar mas tiempo con sus familias, añorar los días en que el correr
detrás de un balón o dar un batazo era parte de la recreación.
Algunos
logran llevarlo por mas tiempo del esperado como Nolan Ryan, Ricky Henderson,
Romario y Evander Holyfield, que continuaron compitiendo hasta pasados los 40
años. Otros en cambio decidieron dedicarse a otras cosas a pesar de ser
altamente exitosos y estar en la cúspide de su carrera como Ryan Sandberg,
Lorena Ochoa o Michael Jordan.
Las
razones para mantenerse o retirarse derivan de las prioridades de vida de cada
individuo. Algunos lograron compaginar perfectamente la vida familiar con la
profesional sin problemas. Mientras que otros no. O simplemente se cansaron de
hacer lo mismo y quisieron un cambio. También el considerar que ya lograron
todo lo que querían y no tienen nada nuevo que los rete.
El
retiro en la cúspide es difícil de comprender para quienes no vivimos estas
situaciones. Pero por sobre todas las cosas, los atletas profesionales son
seres humanos. Con emociones, sentimientos y reacciones tan normales como los
de cualquiera pero en situaciones extraordinarias para quienes no viven esa
experiencia.