> El Blog de Rubencho: agosto 2018

Héroes y villanos versus el equilibrio universal

Escena del Ragnarok. Ilustración medieval.
La humanidad ha llevado la definición del bien y el mal por los peores caminos. No hemos entendido que no somos binarios. Nuestro mundo no es blanco ni negro, sino una infinita variedad de grises.
Nada es completamente bueno o mal. Incluso el amor, la bondad y el altruismo llevan implícito un poco de ego. Hacemos bien para sentirnos bien. Damos amor para aliviarnos.  Mucha gente ha conseguido poder e influencia por medio de ayudas y apoyos a sus semejantes aunque no haya sido su intención consciente. Les ha llegado por consecuencia del bien que hacen, que rebota en bienestar para ellos. Y eso no es malo o tóxico necesariamente. Es solo nuestra naturaleza.

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Los vikingos crearon el Ragnarok, así como en la Biblia fue necesaria la existencia del Apocalipsis para advertirnos de la pugna entre el bien y el mal. Solo que no tenemos muy claro en qué bando estaremos. Lo que sí es seguro es que nos veremos como los buenos. Y te explico.
Hubo gente que quiso hacer el bien a su manera. Pero sus delirios y la nula empatía los llevaron a convertirse en tiranos. Stalin, Hitler, Fidel, Chavez, Franco. Todos querían ser salvadores, ser la cabeza de un proceso histórico. Y todo terminó con millones de personas sufriendo hambrunas, sin libertades o simplemente asesinados. Así como hay gente que son llamados buenos. La creación de la imprenta, la fabricación en serie, la informática y la robótica han sido grandes avances y le agradezco eternamente a sus precursores. Pero dejaron sin trabajo a miles de personas que no sabían hacer otra cosa que fajarse a mano limpia con todo. Pobres de sus familias. Mala leche.


Pero me llama la atención la necesidad del equilibrio en estas fuerzas. Es como si tuviéramos la necesidad de emparejar las tendencias sociales. Ante cada una de ellas siempre habrá una opuesta. Nadie quiere que nada sea absoluto. Quizás por eso terminamos odiando a los equipos, atletas o artistas con más fans. Odiar al Real Madrid, el Barcelona, Cristiano, Messi, los Yankees, el reguetón o Ricardo Arjona, es ya un deporte en sí mismo. Todos merecen nuestro rechazo y nuestras más profundas investigaciones para demostrar sus miserias y sus pies de barro. Y nuestro absoluto rechazo secreto o divulgado. 
Es terrible que todo lo que hagan sea viral o se traduzca en éxitos o dinero para sus arcas. Es necesario que exista otra fuerza opuesta y celebremos sus caídas. Por eso no son pocos los fanáticos de los Tiburones de La Guaira, el Betis o Newells. Nos encantan que los que menos chance tenían de ganar, lo hagan. La liga que ganó el Leicester hace un par de años no dejó indiferente a nadie. Era el triunfo de los David contra Goliat. El ascenso a la gloria de los desposeídos (aunque por detrás hayan inversiones millonarias y jeques árabes o chinos con mucho tiempo libre).


Pobrecitos Pepe Mujica, Lula, AMLO y Maduro que ganaron elecciones renunciando a sus salarios. Que héroes. Conmovedores. Son unos santos. Total, nadie mirará que un simple salario es nada cuando tienes el poder absoluto en tus manos. "Quienes no conocen la diferencia, no merecen mi respeto" dijo el caído Frank Underwwod.
Estamos observando el choque de tendencias dominantes contra las nacientes o resucitadas. La convulsión socialista que asaltó (y saqueó) a latinoamérica hace surgir a pensamientos radicales de derecha que ya van formando grupúsculos y movimientos. En Venezuela con el totem de Pérez JIménez como ícono. No nos detendremos ante la profusión de hechos inexistente o frases atribuidas. Así como las políticas de fronteras abiertas y tolerancia al Islam dan pie a la aparición de grupos nacionalistas y radicalismo cristiano con cada vez más espacios en Europa. El buenismo que olvida el estado del bienestar basado en las libertades, la seguridad y el desarrollo, no tardará en ser visto como un problema. Las actitudes blandengues y vacilantes de Obama en temas económicos y sociales, en momentos de desbalance en EEUU, trajo como consecuencia a Trump. Y la existencia de Trump, probablemente nos traiga movimientos abiertamente socialistas a la escena política norteamericana.


El lobby marxista cultural que se apropió de movimientos feministas y ecologistas, nos trajo a movimientos que ya etiquetan a dichos conceptos en líneas amenazantes a la estabilidad social. La desinformación y a radicalización en ambas orillas juega roles importantes. Como redes enormes buscando pescar en los bancos de peces enormes en los que se convierten las masas. Irracionales por naturaleza ante el amparo del anonimato. A la hora del zaperoco, nadie votó ni apoyó por los culpables.
La implantación de la mano blandengue que propicia el descontrol y el caos, originará a la mano dura que imponga el orden. La mano dura será la llamada a la mano rebelde. Todo héroe necesita un villano. Batman sería un inútil si el Guasón muere. River necesita a Boca para que la liga valga la pena. Nadie se imagina a un Caracas sin el Magallanes. ¿Necesitaríamos a Dios si no existiera el Diablo? Retador y campeón se necesitan para existir. Y así seguimos. Y seguiremos.