> El Blog de Rubencho: diciembre 2018

Leyendas urbanas de Venezuela y el mundo



Las leyendas urbanas forman parte de nuestra cultura popular. Nadie sabe de dónde salieron o a quién se le ocurrió, pero sin duda son relatos interesantes para acompañar un café o una cerveza. Veamos algunas:


Los Minions judíos.




Por allí se dice que los MInions están inspirados en niños judios con quienes los nazis hicieron experimentos. Y la foto portada de este artículo es la prueba irrefutable (según)

Lo cierto es que la idea fue de Luciano González, un chileno con mucho tiempo libre, quien decidió juntar ciertos datos históricos fuera de contexto para hacer una broma a sus amigos y  crear esta leyenda urbana que alcanzó los 100 mil compartidos en Facebook. Por cierto, los de la fotos sí son niños. Pero son visitantes del Royal Navy Submarine Museum en Londres posando muy sonrientes (según).

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Los mensajes satánicos en el rock.

Desde Led Zepellin Iron Maiden hasta Metallica. Pasando por Ozzy Osbourne, Pink Floyd, Rolling Stones, The Beatles, Marilyn Manson hasta llegar a las Ketchup. A lo largo de la historia de la música, en especial el rock, se ha propagado la creencia popular que si tocas uno de sus discos al revés, más lento o más rápido, escucharán mensajes subliminales de adoración al diablo o promoción del pecado.
Yo me inclino a pensar que las propias bandas se encargaron de difundir estos rumores para aumentar su fama.
Se dice que Gillman intento reproducir esta estrategia pero lo que se escuchaba era la voz de chavez. Mala idea.
Esto es parcialmente cierto. 
Hubo artistas como Pink Floyd que incluyeron este tipo de mensajes pero a manera de broma en la canción Empty Spaces, donde se puede escuchar el mensaje: 

-Hello, Luka [hunters]... Congratulations. You have just discovered the secret message. Please send your answer to Old Pink, care of the Funny Farm, Chalfont...-Roger! Carolyne's on the phone!

-Okay.

A todas luces, un chiste interno entre miembros de la banda.
Una de las referencias a este tipo de denuncias, viene del año 1963 con la canción Louie Louie de Richard Berry, versionada por The Kingsman.
Esta canción se hizo famosa casi por accidente. De hecho fue grabada en una sola toma y los productores dijeron que el resultado fue pésimo. La dejaron así para ahorrar costos. Un locutor de radio la puso en su programa como una muestra de las peores canciones y el público la amó, convirtiéndose luego en un clásico del rock y banda sonora de la película Animal House (1978).
La forma ininteligible y balbuceante en que es cantada hicieron que un Gobernador de Indiana la denunciara al FBI argumentando que tenía mensajes que incitaban al sexo y la lujuria. Y así, de la mano del mismísimo Edgar J. Hoover, comienza la leyenda negra del rock. Como no entendían lo que decía, pues seguramente era pecado.







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El ratón en una lata de refresco

Los ratones aman las latas de refresco, las freidoras de Mc Donalds. Burguer King, Taco Bell y Pollos Arturo's.
En todo el mundo se han escuchado estas historias protagonizadas por algún vecno del amigo del compadre del tio que siempre tuvo mala suerte.
Sin embargo, de forma documentada, se conocen tres casos de denuncias formales de ratones encontrados en latas de refresco:
El de Sindo Abal en Pontevedra, España en el año 2007, quien encontró al roedor luego de beberse todo el líquido y el de un hombre en Wisconsin, EEUU que dice haber encontrado uno en una lata de Pepsi en 2012. Este caso fue a juicio y la compañía argumentó que era imposible, ya que el la gaseosa seguramente habría disuelto al ratón.
Bien jugado Pepsi.



Los Pitufos diabólicos


Yo tenía una colección de Pitufos. Estaban de moda. Eran los ochentas y fue una buena época para las caricaturas. Estaban por todos lados. Peluches, muñecos, piñatas, tortas de cumpleaños, loncheras, mochilas, ropa y miles de productos más.
En aquella época comenzaron a circular historias de niños que amanecían con golpes, rasguñados o que aseguraban haber conversado y jugado con sus juguetes con vida propia.
Aunque los dibujos animados seas hechos para niños, siempre habrá una mente adulta creandolos o cambiando su significado. Así, hubo curas y predicadores hablando de duendes azules que representaban los pecado capitales como la ira (Gruñón), la vanidad (Pitufina), la gula (Glotón), la Pereza (Perezoso), entre otros. 
Como la "sabiduría popular" es algo muy poderoso e infalible, miles de juguetes fueron echados a la basura o quemados. No sin antes pasar por algún ritual que involucraba agua bendita y al brujo o bruja de cabecera.
Ningún niño con este tipo de ataques fue identificado. Todo un trabajo para los Hermanos Winchester.
La niña fantasma del comercial de Toddy

Los noventas fueron la época dorada de la industria publicitaria venezolana. Y Toddy siempre ha sido el rey de las bebidas achocolatadas por encima de Taco y otras marcas.
Este comercial, donde sale un niño hablando con su abuela dejó una frase que se hizo parte de la juerga "Tú como que estas enamorado".
Pasaron los meses y solo Dios sabe de dónde salió el comentario de que la niña que aparece jugando con un gato, en realidad era un fantasma. Sí, un fantasma haciendo un cameo más famoso que los de Stan Lee.
Resulta que no había tal fantasma. La niña era hija de alguien del equipo técnico del comercial o del dueño de la casa y según otro rumor, la niña tuvo que ser tratada por psicólogos porque en el colegio no le creían que ella no era un fantasma.
Tonterías parecidas a los 248 accidentes de tránsito fatales que tuvo la Catira Regional. 
La magia de la televisión.




El Barranco de Badahoz

Este barranco ubicado en Tenerife, España, está asociado a la aparición de luces luminosas y fenómenos OVNIS. También se dice han reportado avistamientos de seres humanoides vagando por los alrededores desde hace no menos de 50 años.
Una de las leyendas que más me llamó la atención es el relato de una niña del siglo XIX que salió a buscar a su perro que se había escapado y fue hacia el barranco. 
Allí conoció a un hombre que llevaba un traje muy brillante, y este la invitó a una cueva que conducía a un valle habitado por más seres vestidos como él.
Encontraron al perro y la niña salió de la cueva para regresar a su casa.
Lo interesante del caso es que cuando llegó a su casa, todo el mundo estaba asombrado.  Habían pasado 20 años en lo que para ella fue tan solo unas horas.

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Las barajitas de Garbage Pail Kids y las drogas.




Todo un clásico de finales de los ochentas. Eran asquerosas, repugnantes, políticamente incorrectas. Geniales.
Mostraban caricaturas niños en situaciones verdaderamente vomitivas.
En algún lugar del mundo, a alguien se le ocurrió una "genial" idea para detener su comercio. Se regó el rumor que estaban contaminadas con drogas que producían alucinaciones al tocarlas.
También decían que incitaban a los niños a la violencia. Sí, seguramente era eso y no el escaso afecto, atención y disciplina de los padres.
Esto hizo que su comercialización se detuviera en muchas ciudades, aunque hoy en día he visto camisetas de esta serie de dibujos.


Los fluidos en el estómago del cantante.

Esta leyenda cambia según la época. 
Primero fue Freddie Mercury, Michael Jackson, Bon Jovi, Juan Gabriel, Axel Rose y Marilyn Manson, y hace un par de años, Miley Cyrus.
El cuento es básicamente que este cantante fue recluido en un hospital por presentar fuertes dolores estomacales.
Al hacerle un lavado intestinal, el infortunado arrojó unos tres o cuatro litros de semen.
La verdad es que con el mismo cuento con tantas identidades da para ponerlo a dudar, además de ser absurdamente imposible.
Pero es divertido hablar de la vida privada ajena.

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De Elvis Presley se dice que ha sido visto en diversos lugares del mundo comprando en supermercados, paseando en bici por Buenos Aires, como empleado de gasolinera en California y vendiendo lotería en Madrid. 
O según los Men in Black, se marchó a su planeta de origen.
Respecto a Jim Morrison, hay algunos empeñados en decir que un día, el hombre tomó su guitarra, a su novia y se marchó. Así sin más sin que el FBI u Horatio Caine pestañeasen.
Lo cierto es que ambos murieron por sobredosis de drogas con autopsias certificadas. 
Elvis yace en Graceland y Jim en París. 


Polybius, el videojuego maldito.

Este videojuego de Arcade o de maquinitas, supuestamente fue lanzado en 1981 por la compañía Sinnesloschen (pérdida de los sentidos en alemán creo). Y fue distribuido en algunas ciudades de EEUU.
Se dice que los jugadores experimentaban una fuerte adicción a este juego y también comenzaban a sufrir trastornos mentales. Tenían fuertes mareos, pesadillas, pérdida de memoria, entre otros. Por supuesto no faltó quien comentase de algún caso de suicidio.
Se decía que hombres vestidos de negro, visitaban los lugares donde estaban instaladas las máquinas para tomar nota del comportamiento de los gamers.
Quienes aseguran haberlo jugado, dicen haber comenzado a ver figuras fantasmales alrededor y que en la pantalla salía mensajes subliminales rápidamente. Entre ellos "Kill yourself".
Esto por supuesto nunca se ha comprobado, no hay registros fotográficos de las máquinas y se parecen mucho a los sintomas que tengo luego de pasar ocho horas sin comer ni dormir, orinar ni tomar agua jugando al FIFA . La foto grafía a continuación es solo una recreación.


Yo no extraño a mi país

La madre del emigrante. Gijón, España.

Sí, es mi caso. Seguramente muchos de quienes me siguen extrañan las playas o Mérida, y eso está muy bien. Pero yo no añoro a Venezuela como tal por circunstancias muy particulares. Extraño el cómo me sentía con los míos, independientemente del lugar donde estábamos o visitábamos. Ellos eran quienes impulsaban mi apego, mi sentido de pertenencia. Y ahora ellos tampoco estarán allá en el corto plazo. No sé si volveremos a vernos en Venezuela algún algún día. Pero siempre los llevaré conmigo.

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La presencia es insustituible. La pantalla es un placebo. Una solución que no es ficticia pero que alivia un poco. Pero no hay olor ni sonidos de respiraciones, ni gestos o tics que nos digan más de lo que leemos. Es sólo un visor a la dimensión paralela que no queremos sacar de nuestra vida. Los que se quedaron o tomaron otros rumbos.
Escribí un libro sobre venezolanismos, El orígen de palabras y expresiones venezolanas, y es normal que les parezca contradictorio el hecho de no extrañar a Venezuela como lugar a pesar de escribir sobre eso. En realidad extraño a la gente cercana que usaba esas expresiones. Me gusta escribir sobre las personas. Mis personas.

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No puedo extrañar un país que sinceramente siempre ha estado en decadencia. No extraño a los motorizados haciendo lo que les da la gana. No extraño el culto militar. No extraño a los policías o GNB por quienes me tomo una cerveza cada vez que fallecen para ligar que el infierno realmente existe y ellos estarán allí por todo el mal que siguen causando. Sí, sus muertes son motivo de celebración. Y no lo lamento por sus familias. Son un mal menos en el mundo. No extraño la basura regada en las calles por la desidia de mandatarios y mala educación del "pueblo". No extraño el pésimo sistema educativo. No extraño tenerme que meter el teléfono en las media para que no me roben. No extraño la sensación de recibir una llamada o mensaje a medianoche con el temor de que sea la noticia del asesinato de uno de los míos. No extraño el viajar a otra ciudad e autobús con el temor de un accidente o un atraco masivo. No extraño desconfiar del que viaja a mi lado en el metro. No extraño tener que regresar a casa de madrugada con los nervios de punta. No extraño a los funcionarios públicos que te tratan como basura. No extraño a los vecinos que les vale verga tu paz cuando les da la gana de poner reggaeton y vallenato tres días consecutivos. No extraño que se me vaya la luz. No extraño bañarme con tobos de agua. No extraño tener que ir a un hospital con más miedo que a la muerte misma. No extraño el discursito socialista y populista de políticos del gobierno y oposición. No extraño el borreguismo de idiotas que quieren vendernos a chavistas como simpáticos, ocurrentes e inocentes. No extraño toda esa enorme cantidad de cosas que nos llegaron y creamos, que ahora nos convirtieron en migrantes desparramados por el mundo.

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No, no quiero que Venezuela el país de antes. ¿El de antes de qué? ¿Antes del chavismo? ¿Antes de los adecos y copeyanos? ¿Antes de la peste militar de principios del siglo XX? ¡Antes de la guerra Federal? ¿Antes de La Cosiata? ¿Antes de la Independencia? ¿Antes de Colón? ¿Antes de las masacres entre los Caribes y el resto de los Arawacos?
No, me niego a querer algo de eso. Porque todo eso nos trajo hasta aquí. Y yo quiero romper con todo eso que eramos y somos. Por la misma razón que no quiero volver con mis ex, solo porque la actual me hizo algún daño.
Quiero ver gente emprendiendo y libres para hacerlo. Quiero que tengamos una educación que nos prepare para la vida y donde la evaluación y contratación de profesores sea la más estricta de América. Quiero poder tomar fotos de mi ciudad natal con mi teléfono cuando yo quiera. Quiero que la plaga militarista sea borrada del mapa y no volver a hablar de ejércitos ni fuerzas armadas; quiero que todo eso sea abolido y castigado debidamente. Quiero poder viajar cuando me plazca. Quiero ver un partido de futbol y beisbol sin tener la eterna duda y sospecha de que todo fue arreglado y comprado o que sus fondos son de origen oscuro. Quiero una sociedad que vea más allá de existir para tener hijos, hijos y más hijos sin ver si pueden darles calidad de vida. Quiero arte y cultura libres, y no una cuerda de vagos y mantenidos haciéndose llamar artistas para que el estado les costee sus cervezas. Si vamos a hacer artes, al menos hay que tener las bolas de hacerlo rentable. Sino, pues que sea un hobbie. Como en mi caso.
Quiero que seamos reconocidos por logros como personas y no como sociedad. Y no por accidentes geográficos ni asuntos subjetivos de estética corporal. 

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Quiero tantas cosas y que para bien y para mal, he hallado en otros lugares... 
Como verás, por eso algunos dicen que soy un pésimo venezolano. O que quien no quiere a su patria no quiere a su madre. Ahí me perdí. En el hilo argumental entre el culo y las pestañas para ser exactos.
Pero es lo que tenemos. Y esto es lo que quiero. 
Pido demasiado.
Lo sé.