> El Blog de Rubencho: agosto 2019

6 preguntas incontestables para los inmigrantes

Panorámica de A Coruña. Foto: Rubén Villegas.

Todos tenemos amigos y familiares que nos preguntan constantemente cómo es este asunto de emigrar. Es normal, ya que muchos tendrán que hacerlo porque la situación venezolana seguirá cuesta abajo y sin frenos, con ninguna luz en el horizonte próximo. Otros tantos se quedarán y eso no es ni bueno ni malo. Es lo que hay.
Pero hay preguntas que no tienen una respuesta fija, lógica y que solo pueden responderse tomando en cuenta las experiencias y gustos muy particulares y objetivos.
No es que estemos negando la información o porque nos hayamos vuelto arrogantes. Es que sinceramente no sé qué decirles.

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¿Con cuánto se vive allá? Eso depende de cómo quieras vivir. Yo no tengo hijos, ni mascotas. Tal vez tú sí. Yo no tengo ni idea de cuanto cuesta el alimento de las mascotas ni el uniforme escolar. Y no lo sé porque no he tenido necesidad de averiguarlo.
Tal vez a ti te guste tomarte una cerveza todos los fines de semana. Tal vez quieras vivir en un apartamento y no en una habitación. Tal vez quieras comprar un automóvil. Tal vez no te guste viajar solo por el placer de tomar fotos y pillar únicamente los sitios donde no necesitas pagar entrada. 
No sé qué te gusta comer. No sé cuánto te gusta comer. No sé si estás dispuesto a modificar tu nutrición. No sé si te gusta cocinar. No sé si te gusta vivir en una ciudad grande. No sé de qué vas a vivir cuando estés aquí. No sé cuánto dinero traes y tampoco voy a preguntarlo.
Es una pregunta con demasiadas variables como para escribir un mensaje de texto explicándolo. SInceramente no sé qué decirte. Te puedo decir algunas cosas concretas que hago. Pero tampoco sé si estás dispuesto a vivir como yo.


¿Cómo es la gente? Pues a mi me parecen amables. Jamás he tenido un episodio de xenofobia ni nada parecido. Pero yo no sé cómo reaccionarás con ellos al escuchar su acento, sus palabras, expresiones, costumbres. Ni hablar de estándares de belleza física o vestimenta. No sé qué esperas de la gente.
Te puedo contar cómo son mis amistades acá. Pero ellos no representan a la totalidad de la población. Y no sé si te caerían bien.


¿Se vive bien? Volvemos a la primera pregunta. Yo siento que vivo bien. ¿Puede mejorar? Claro. Pero no sé qué aspiras de la vida para vivir bien a corto, mediano y largo plazo.
Hay gente que quiere emigrar para hacer dinero, por ejemplo. Yo les sugiero que vayan a Perú, Chile, México o EEUU. En España es una apuesta al largo plazo. A la vejez. Llegar a viejo y tomar el transporte público a las 2:00 am luego de estar en un bar con los amigos. Eso no necesariamente lo obtienes con dinero porque depende de los niveles de inseguridad y calidad de los servicios públicos. Solo tú puedes definir lo que es la calidad de vida según tus estándares.

¿Cuánto necesito para ir? Parecido al resto. Depende de cómo quieras vivir. Depende de cuánto tardes en conseguir trabajo. Depende de tu capacidad de ahorro. También de si tienes la nacionalidad y un permiso de trabajo o residencia.


¿Es fácil legalizarse? No lo sé. No conozco tu situación ni tus antecedentes. No sé si te vas a enamorar con un nacional. No sé si tienes antecedentes penales. No sé cómo está tu pasaporte. 

¿Es fácil conseguir trabajo? No tengo ni idea de lo que estás dispuesto a hacer para generar ingresos. Tal vez de todo. Tal vez nada. No sé qué tanta paciencia tienes. No conozco tu capacidad de aprendizaje en entornos nuevos. No sé si tienes habilidad para tejer redes sociales. No sé si te vas a intimidar aquí. No sé que tanta resistencia física y mental tienes. No sé si quieres estudiar una carrera, un oficio o hacer cursos. NO sé cuántos idiomas hablas. No sé...

El dilema de regresar

Aterrizaje. Foto: Ruben Villegas

Más allá de la nostalgia, el intentar recuperar una zona de confort, o como un acto de fe, el regresar a Venezuela supone un ideal para la mayoría de las personas con quienes he tocado el tema.
Siempre se comenta la posibilidad de montar un negocio allá, comprar una casa, un carro y todo ese guión que se impone a quien aspire llenar un parámetro de éxito.
Pero eso es el caso de los demás. Yo quiero hablar sobre lo que yo veo en este asunto.
Considero que hay que separar la emoción de la evaluación de los hechos. Tal vez muchos migraron a países que no eran su primera opción ni su ideal. Pero muchos otros evaluaron cuidadosamente las posibilidades de obtener residencia, trabajo, clima, seguridad, educación entre otros.


En este sentido, evalúo el volver a Venezuela como si fuera otro proceso migratorio. Lo es porque esa Venezuela a la que hipotéticamente volveríamos no es la misma ni se parece a la que dejamos atrás. Tendrá otro contexto, problemas, dificultades y circunstancias que enfrentar.
Imagina que el chavismo en el poder cae mañana. Qué chévere. ¿Venezuela será un lugar ideal para vivir de inmediato? No. A mi parecer en este punto tomará años. Consideren que todo el aparato productivo, económico y social está en una decadencia y destrucción, que según otros antecedentes de recuperación como los casos de Singapur, Alemania, España, Italia, Portugal y Japón tardaron más de veinte años en concretarse. 


¿Quieres ser parte de esa aventura de la reconstrucción del país? Muy bien, te felicito, adelante. Yo, particularmente no siento motivacion actualmente para eso. Aunque tal vez cambie de idea en un futuro.
Además tendremos una sociedad marcada por el resentimiento y la ausencia de justicia.
¿Qué pasará con las fuerzas armadas y la policía? 
¿Qué pasará con lo robado?
¿Habrá justicia para los asesinados?
No me digas que después se verá eso porque me molesta mucho. Todas las veces en que los venezolanos como masa hemos tenido esa bendita frase en la boca, se han provocado graves crisis que van desde la guerra civil hasta la ascensión del chavismo al poder. La improvisación es una pésima idea. Tengo pruebas y no tengo dudas.


No hay que olvidar dos aspectos clave. Una gran parte de la "oposición" mantiene la tesis del perdón y olvido para crímenes del chavismo. Permitir su existencia y darles voz y voto para "reconstruir y reconciliar".
Por otra parte, el chavismo se hizo de cantidades astronómicas de dinero. Está en todas partes. Tiene miles de socios con alto y bajo perfil. Creo que nunca sabremos todos los nombres. Y esa gente, gracias al dinero, seguirá teniendo influencia en la política, medios de comunicación, militares y otros delincuentes como malandros de barrio y cuerpos policiales.


No me extrañaría para nada que estos mismos inicien una gran campaña de rechazo a los que emigramos tildándonos de traidores y cobardes, como he visto algunos amagos en redes sociales. Están calentando el brazo y creo que la estrategia va por allí. Son expertos en gobernar en el caos, la división y tienen listos diversos escenarios para manejarlos.
El chavismo seguirá si no se le persigue como se hizo con el nazismo y como se condena el comunismo en Polonia y Ucrania. Si jugamos al país de los ositos cariñosos de un día para otro, en realidad no cambiará mucho el escenario.
El tema de regresar será un profundo dilema, un problema y algo que bajo esas circunstancias, para alguien como yo que no tiene peso económico ni amistades militares o en el chavismo, será algo descartable.