No hay nada más extremo que cuando agarras un taxi, estando urgido y ves que al tipo se le ocurre meterse por los callejones más recónditos, desconocidos y desolados de la ciudad para cortar camino. Uno comienza a estudiar la manera de pasarle un mensaje de texto a alguien, o llamar la atención de un carro vecino, o anotar la placa del carro en la mano para que al menos agarren rápido al que escondió nuestros cadáveres en el monte. Como con resignación uno pregunta, a riesgo de desencadenar lo inevitable ¿señor, pa' donde nos estamos metiendo?
¿A dónde vamos? Pregunto yo con todo mi derecho. Si me pides que me sume a un camino, quiero saber cuál es el destino. No soy un borrego, ni ganado, y a regañadientes asumo que soy parte de una masa irracional. Lo lamento, chavez no vive en mi, el se murió.
Quiero saber qué implica este camino. Quiero, exijo, claridad en las ideas. ¿Qué sucederá si ganamos? ¿Cómo serían los primeros 100 días de una nueva era? ¿Seguiremos tomando como bandera solo lo que los enemigos de la democracia y la libertad pongan en agenda? ¿En serio seguiremos siendo tan débiles en el discurso? Pana, aquí tenemos que definirnos porque ya la gente no sabe si reírse en las fotos, o si tendrán las bendiciones de ilustres desconocidos que nos condenan por marchar o no marchar, comer o no comer, trabajar o no trabajar. Está próximo el día en que tirar en medio de una jornada de protesta, tendrá que ser sometido a referendum en asamblea con los vecinos chismosos de mi cuadra.
Ya no quiero que sigamos por las ramas, aterricemos, vamos a hablarnos claro. ¿Qué vamos a hacer con los "disidentes"? ¿Marcos Rodríguez Torres iría a juicio?, ¿qué haremos con el gentío no calificado que trabaja en PDVSA, CANTV, SIDOR y cuanto organismo público existe?, ¿y el control de cambio? ¿y el poder infinito de los militares? ¿y la Constitución? Porque si a mi me ponen en el discurso que hay que defender "el legado", me tendrán en la primera fila de la oposición. La Constituyente podrá ser un fraude, pero la actual Constitución es un bodrio que merece quedar en el olvido. Y no, no acepto que me salgan con aquello de que "después vemos y resolvemos, porque no estamos cuadrando una partida de dominó y haciendo la vaca para la guarapita. Estamos hablando de darle un sentido a este país y que se me quite la sensación de que nos sale más barato rematarlo en MercadoLibre o en OLX.
Siento que este país quieren remendarlo como cuando, siendo niño, se me ocurrió pegar bloques de Lego con pega blanca, esa la del elefante, solo para que nadie pudiera desarmar mis majestuosas obras de la arquitectura preescolar. Y eso es trágico. ¿Vamos ganando? Tal vez, pero haganse la idea de que si vamos arriba es por apenas un gol, el partido es organizado por la FVF, con todo y árbitro, y somos un equipo pequeño. Así que no es para alegrarnos tan temprano.
Definamos la ruta, comuniquémosla, seamos parte de una sola consigna propia, nuestra, nacida del deseo de ver el país donde queremos vivir y no según las circunstancias que nos imponen los rojos. Mucha gente no ha querido sumarse a las movilizaciones porque nadie se ha parado a explicarles con qué fin se hacen. Y yo, muchas veces, estoy en ese grupo de desconcertados. Es como cuando no sabes qué se puso a bailar tu pareja en la hora loca y optas por la paralización mientras descifras la magnitud del descontrol. Así de importante es poner los puntos sobre la íes.
Pongamos orden en el discurso. Dejemos de estar guabineando.
Pongamos orden en el discurso. Dejemos de estar guabineando.