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Deja que fluya

 

La vida es como el agua. Ella misma debe seguir su curso, hacerla fluir. Porque cuando deja de fluir se estanca. Y el agua, al igual que la vida, cuando se estanca comienza a apestar.
En la vida todo debe fluir con naturalidad, sin que eso implique dejarnos llevar como si fuéramos una bolsa plástica rehén de la marea. Recorremos el camino atentos al paisaje, a los baches, a los carros, bicicletas y motos que van en nuestra vía o ya van de regreso. 
Pero hay cosas que no podemos controlar completamente. Deben llevar su propio ritmo, porque sino suena a esos mensajes que prácticamente obligan a los empleados a escribir en navidad para aparentar que la empresa u organismo público son una familia feliz. Y al final terminan tristes y prostituidos todos.
Porque la lealtad debe fluir. Y ganarse.
Porque el respeto fluye. Y se merece.
Porque la amistad fluye. Y es recíproca.
Porque la pasión fluye. Y es satisfecha.
Porque el amor fluye. Y es correspondido.
Todos corriendo su propio cauce. Naciendo, aprendiendo, evolucionando. Porque lo que no evoluciona, se atrofia. Y luego estorba. Se vuelve inútil y prescindible. Como el apéndice.
En estos días una amiga me comentaba que su grupo de amigos con quienes iba de rumba, al estadio, su gente de la universidad, ya no la hacía sentir cómoda. Y le dije que no. Que el asunto era que ellos seguían siendo los mismos. Menos ella. Ella había cambiado, evolucionado. Se había graduado, trabajaba, tenía un proyecto de negocios propio, estaba ahorrando para irse del país. Si tu entorno no cambia contigo, en algunos caso comienza a quedarte pequeño. En otros casos simplemente, ya no encajan. Entonces la cosa debe fluir y ella buscar a otras personas con quienes compartir su visión de vida.
Nos cuesta mucho a veces desprendernos de ideas, personas y trabajos que nos encasillan aunque ya no nos hagan felices. Nadie nació para una sola cosa ni para satisfacer solo a un grupo de personas, salvo principalmente, a ella misma.  Ni un trabajo, ni un estado civil, ni una carrera universitaria pueden definirnos. Porque somos más grandes, amplios, complejos y diversos que todas los adjetivos que nos puedan poner.
Solo debemos quedarnos con lo que podamos disfrutar, de lo que podamos aprender. Para que combinen con nuestra vida aunque nos vean como unos locos. Unos rebeldes. Así quiero que sea mi vida.
Para que siempre fluya. 
Para que no se estanque.
Para que no apeste.