No es valiente el que se queda. No es cobarde el que se va. Ni viceversa. ¿Cuántos se han ido queriendo quedarse y cuántos se han quedado queriendo irse? El migrar a veces se sale de nuestras manos. Cada quien escoge su propia pelea.
Se de mucha gente que se quedó porque no tienen el dinero, se lo robaron. O se les enfermó un familiar significativo. O porque de corazón creen que el cambio puede estar cerca y ellos serán parte de eso. Los respeto.
También hubo gente que se fue, aún teniendo pensado quedarse. Ya sea por un encuentro traumático con el hampa. Un robo violento, un secuestro, amenazas, chantajes. O son acosados por el gobierno, policía, militares o racionadores de comida (si, lo sé, es lo mismo).
Saquemos de esta cuenta a todos aquellos, del bando que sea, que se dan golpes de pecho por el arpa, cuatro y maracas pero sus hijos nacen en EEUU y Europa, sobre todo chavistas con plata y muchos de oposición. Ni hablar de los que pasan años rasgándose las vestiduras hablando pestes de los que se van pero en secreto andan reuniendo dólar a dólar para largarse. Otros critican pero es porque la envidia se los come vivos.
He sabido de personas que reniegan de su gentilicio venezolano y asumen otro totalmente. Incuso hasta evitan hablar español. Supe de una que quemó el pasaporte venezolano apenas le dieron la otra nacionalidad. Otros hasta sufren de crisis de ansiedad cuando las circunstancias los obligan a volver a Venezuela, así sea por unos días. No los juzgo, no sé que les tocó vivir. A veces es muy deprimente sobrevolar Maiquetía y lo único que ves son ranchos y decadencia. Otros, por el contrario, hasta se llevan puesto el liqui liqui el día que van a jurar ante la Constitución de los EEUU o la del Reino de España.
Tengo una amiga cuyos hijos se sienten venezolanos, pero los chamos nacieron en otro país y viven en otro. Nunca han tenido la nacionalidad venezolana. Tenerla es un rollo legal súper limitante y les complicaría la existencia innecesariamente a la hora de seguir moviéndose por el mundo. Los trámites legales para mover a un menor de edad venezolano fuera de Venezuela es un dolor de cabeza burocrático clásico del subdesarrollo. Así que su seña como venezolanos se manifiesta por medio de una camiseta vinotinto y una arepa en la mano. Y casos como el de ella se multiplican cada vez más. El regresar al país solo para dar a luz es una necedad si tienes los medios y la situación legal para hacerlo afuera. Pero esa es solo mi opinión.
El permanecer o no en un país solo te quita la identidad, valor o lo que sea, si tu lo decides. Y si te lo quita, pues eso tampoco es cuestionable. En estos temas valoro más la integridad personal que el nacionalismo estúpido y panfletero. Nadie está obligado a aceptar realidades que no lo hacen feliz. Como dicen por ahí, olvida el asunto de las raíces. Muévete. No eres una mata de yuca.