Echar un
camarón: En las excavaciones petroleras, los capataces gringos de vez en cuando
querían echar una siesta. Pero para no ser vistos por los obreros venezolanos
se excusaban diciendo “I come around” (Ya vuelvo). Esta frase al
venezolanizarse quedó como camarón para definir el sueñito que se echa en medio
de una jornada.
Jalar
mecate: Se dice que esta expresión viene de la época de la guerra de
independencia. Al parecer al Libertador le gustaba que le mecieran la hamaca al
dormir valiéndose de un mecate. Para esta tarea se ofrecían peones, soldados y
hasta oficiales, buscando ganar favores o caer en gracia con Simón Bolívar.
Hoy, todo adulador o persona que busca favores con lisonjas también se le dice “jala
mecate”.
Echarse las
bolas al hombro: Erróneamente se cree que significa ponerse los testículos al
hombro, lo cual, aparte de doloroso sería muy complicado. Contrario a una
expresión usada para señalar a los flojos y personas perezosas. Alexis Márquez
Rodríguez sostiene que la expresión deriva del uso de grillos o grilletes con
los presos durante la dictadura de Gómez. Eran grandes bolas de hierro muy
pesadas, con cadena larga y candado que se ceñían a los tobillos de los presos,
para que realizaran los trabajos forzados a los que se sometían, evitando el
riesgo que se fugaran. En algunos momentos, para aliviarse, se echaba las bolas
al hombro. Al preso que acostumbraba a hacerlo así, lo calificaban de flojo,
porque en vez de ir arrastrando las bolas con el pie, se las echaba al hombro.
Echar los
perros: Al parecer que tiene un origen taurino. Antiguamente, cuando un toro en
la lidia no quería embestir, el público solía pedir a gritos: “perros, perros”
para indicar que se debían soltar en el ruedo una jauría de canes, entrenados
para hostigar al animal con ladridos y mordiscos. Si después de este acoso
despiadado, el toro no reaccionaba, era condenado a la puntilla. La costumbre
de aperrear o echar los perros era muy usual en España, Vasco Núñez de Balboa
le echó una docena de perros feroces a un grupo de indígenas sodomitas, a los
cuales destrozaron inmisericordemente (Galeano E. Memoria del Fuego. Tomo I.
Pág. 67) Esta expresión más tarde pasó a significar acoso u hostigamiento y en
algunos países, entre ellos venezuela Colombia, se convirtió en sinónimo de
cortejar.
Echar el
muerto: Al parecer, el origen de la expresión se remonta a la Edad Media. Según
las leyendas medievales, cuando dentro del término de un pueblo aparecía el
cadáver de una persona muerta de forma violenta y no se llegaba a esclarecer
quién había cometido el asesinato, los habitantes de dicho municipio estaban
obligados a pagar una multa. Para evitar saldar la sanción, los vecinos no
anunciaban el hallazgo, metían el cadáver o cadáveres en sacos y, en la
oscuridad de la noche, arrojarlos en otro pueblo próximo. Echar el muerto a
otro pueblo vecino equivalía, pues, a cargarle con la responsabilidad de un
crimen a un tercero y con la multa correspondiente, salvo que se entregara o se
capturara al asesino.
Botar la
segunda: Originalmente se dice eso a un vehículo que tiene problemas con la caja.
Un carro que bota la segunda velocidad pierde fuerza y hace movimientos
vaciladores (se “jamaquea”) y quizás sea alegórico al amanerado con quiebres de
cintura, muñeca muy lejos de la firmeza o fortaleza que supone la masculinidad.
Mamarracho: “La palabra
MAMARRACHO se refiere a la persona mal vestida o estrafalaria. Proviene del
árabe muharrig, (bufón o payaso), evolucionó al árabe hispano como muharrág o
muharríg”.
Guachafita: A través del portal Delcampus.com conseguimos que según el escritor Eduardo Núñez, puede ser un diminutivo de la palabra “huachafa”o “guachafa”.
Explica que hace mucho tiempo “una familia de emigrates colombianos organizaba fiestas, con el fin de encontrar un buen partido a las hijas solteras, gastando incluso más de lo que sus posibilidades le permitían. Estas fiestas alegres y bulliciosas eran llamadas guachafas y con el tiempo, sus anfitrionas llegaron a ser conocidas con el sobrenombre de huachafas”.
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Referencia:
Artículos de Alexis Marquez Rodriguez y Eduardo Nuñez.